En el Imperio Romano, todo el poder recae sobre la figura del Emperador, los hubo de todo tipo, piadosos, crueles, batalladores, pacíficos, viajeros… Los más destacados y mejor considerados a lo largo de la historia fueron César Augusto, Trajano y Adriano. Pero además de estos tres, podemos destacar a Nerva, Antonino Pío, Marco Antonio y Constantino. Sobre ellos vamos a hablar en este artículo.

Nerva 96-98 d.C.

Marco Coceyo Nerva nació en Narni en el año 30 d.C. Es el primer emperador de la dinastía Antonina y el primero de los denominados Cinco Buenos Emperadores. Tras los derroches que la dinastía Julio-Claudia y la dinastía Flavia habían realizado durante sus mandatos, Roma estaba sumida en la pobreza, la corrupción y los excesos representados en las figuras de Nerón, Calígula o Domiciano.

Esta situación propició que la Guardia Pretoriana organizara un complot para derrocar a Domiciano en el 96 d.C. Tras el asesinato del Emperador, el Senado se apresuró a escoger a un nuevo candidato con el objetivo de evitar una guerra civil por el cambio de dinastía como ocurrió en años anteriores.

El hombre escogido por el Senado fue Marco Coceyo Nerva, un reputado y experimentado senador de 65 años que durante sus dos años de mandato se dedicó a restaurar los derechos de los ciudadanos que habían sido abolidos y a moderar social y políticamente la población romana. Reorganizó el esquema financiero y realizó una reforma agraria que beneficiaba a los pobres con un mejor reparto de tierras.

Hacia el año 97, este senador de ideas pacifistas y muy demócratas temía por su vida puesto que tenía en su contra a la Guardia Pretoriana, es por ello que decide adoptar al mejor y más respetado general de Roma como hijo y futuro heredero del Imperio, Marco Ulpio Trajano. A la muerte de Nerva el 27 Enero del 98 a causa de unas fiebres, Trajano se convirtió en Emperador.

Se considera a Nerva un buen emperador por sus dotes diplomáticas y su civismo, las reformas económicas que realizó supusieron el inicio del siglo de Oro del Imperio Romano que se alcanzó con Trajano y Adriano.

Antonino Pío 138-161 d.C.

Tras el magnífico papel desempeñado como Emperador de Trajano y Adriano, le llegó el turno a Antonino Pío, ahijado del segundo. La presión a la que se enfrentaba Antonino tras el buen hacer de sus predecesores no hizo temblar su pulso y se mantuvo recto y en la línea de los Emperadores de la Dinastía Antonina.

Antes de gobernar, probó sus cualidades como senador y cónsul hasta que en el año 138 Adriano falleció y Antonino se convierte en Emperador. Su reinado es uno de los más largos de la historia.

Antonino, nombrado pío por el Senado debido a su rectitud, se consagró como un hombre modesto y muy humano, mantuvo la paz y la estabilidad del Imperio siguiendo las líneas marcadas por Adriano. Se logró un periodo de paz total. Realizó diversas reformas económicas con el objetivo de mejorar la situación de los más desfavorecidos. Escogió como sucesor a Marco Aurelio.

Se le recuerda como el cuarto de los Cinco Buenos Emperadores debido a su excelente manejo del Imperio, manteniendo las fronteras, la paz y la seguridad de los ciudadanos de Roma.

Marco Aurelio 161-180 d.C.

El quinto de los Cinco Buenos Emperadores, era además de político un excelente filósofo cuya serenidad y franqueza gustaron tanto a Adriano que mandó a Antonino Pío que lo adoptara de manera que un día sería Emperador.

Al contrario que sus dos predecesores más cercanos, Marco Aurelio no pudo salvaguardar la paz en el imperio romano, debió enfrentarse a infinidad de incursiones bárbaras, revueltas y epidemias. A pesar de ser uno de los periodos más conflictivos, Marco Aurelio fue capaz de mantenerse sereno y actuar adecuadamente.

Debió hacer numerosos esfuerzos económicos para poder hacer frente a la presión de los bárbaros. Los primeros enfrentamientos cayeron del bando romano y los bárbaros fueron sometidos. En 175 se firmó la paz por un tiempo de manera que Marco antonio permitió a algunos pueblos bárbaros cruzar la frontera y establecerse como colonos. Sin embargo el acuerdo se rompió tras una revuelta en Italia en el 177, el Imperio Romano comenzaba a flaquear y a caer en algunos enfrentamientos contra los enemigos extranjeros.Cuando el Imperio más necesitaba a un líder carismático, sabio y prudente, Marco Aurelio falleció a causa de la peste (aunque algunos dicen que su hijo Cómodo conspiró contra él). El imperio quedaba entonces en manos de Cómodo que no lograría manejar adecuadamente las incursiones bárbaras, el siglo de Oro romano había acabado.

Constantino 324-337 d.C.

Tras un enfrentamiento entre los emperadores del Imperio Romano de Occidente y de Oriente, Constantino I y Licinio, Constantino se hace con el poder sobre la totalidad del Imperio Romano. Comienza de este modo el reinado del Emperador Constantino el Grande. Y la denominada Dinastía Constantiniana.

Durante el reinado de Constantino se produjeron una serie de hechos de gran importancia:

• Edicto de Milán en el 313, establece la libertad de culto en el Imperio Romano. Unificó la doctrina cristiana con el Concilio de Nicea.

• Funda la ciudad de Constantinopla a la que convirtió en capital de todo el Imperio. Roma queda relegada a ciudad secundaria.

Durante el periodo en que Constantino fue Emperador, se llevaron a cabo numerosas reformas en todos los campos, política, economía y ejército se vieron alterados. El Senado multiplicó el número de magistrados que lo componían, se creó una nueva moneda denominada solidus, y el ejército fue reorganizado y jerarquizado.

Tras la muerte de constantino, sus hijos se dividieron gobierno el imperio, pero se produjeron una serie de conspiraciones que acabaron con Constancio al mando total del Imperio. Tras él llegaron una serie de emperadores constantinianos que sin embargo no fueron capaces de devolver el esplendor alcanzado durante el gobierno de Constantino.